Japón

en 7 febrero, 201624 junio, 2019 por alfonsomgcen Qué ver

Actualizado el 25 de febrero de 2019

Ni siquiera tenía Japón en mi lista de viajes pendientes cuando mi amigo Manuel Martín se empeñó en ir y en que le acompañase. Pensé «¿Por qué no? Seguro que está bien». Después de dos viajes y casi 3 meses en total allí, adoro Japón a más no poder. Amo tanto Japón que casi me duele más saber que no sería feliz allí, que lo mucho que lo echo de menos. Me gustó tanto que empecé a estudiar japonés por mi cuenta para sentirme un poco parte de aquello, y por respeto a la gente más amable que he conocido. Y aun así, cuanto más tiempo pasaba allí, más comprendía que no era para mi. La sociedad japonesa tiene un único problema: lo más importante es quedar bien. He conocido a tres españoles de mi edad viviendo allí, ninguno de los tres era realmente feliz, y los tres por los mismos motivos:

Los japoneses son tan amables con el desconocido como reservados para sus amigos. Su amabilidad es abrumadora, a veces hasta ridícula. Se fuerzan tanto por ser agradables, que cuando llevas un tiempo allí, aprendes a distinguir cuando son sinceros y cuando no. Al final, estos tres españoles decían que se sentían solos.
Pasan demasiado tiempo en el trabajo, lo que no es igual que trabajar demasiado. La jornada laboral mínima viene a ser de 50 horas a la semana, sean o no productivas. La mayoría de japoneses abandonan su puesto de trabajo después de la hora estipulada, no importa si hace dos horas que han terminado, ni que tengan otras dos horas de tren por delante antes de llegar a su casa; lo hacen por aparentar. Aunque por supuesto, todo eso también está mejorando.

Pero volviendo a lo que nos importa ahora, el turista, al que siempre distingo del viajero, no se dará cuenta de esto. Japón es uno de los mejores destinos del mundo para viajar, tan simple como eso. Visitarlo es una delicia. Las ciudades son modernas y antiguas a la vez, Tokio y Kioto son dos que nadie debería perderse. La belleza de los templos sólo rivaliza con la de su naturaleza, tristemente olvidada por los turistas. Es muy fácil organizarse, extremadamente seguro y no existe gente más educada y colaboradora con el viajero que los japoneses. Sólo me arrepiento de haber tardado tanto en ir. Ya vas tarde…