BUCAREST

Estuve aquí: octubre de 2017.
Número de días: 1. Fueron dos, pero el segundo bajó la temperatura 14ºC y con fuerte lluvia y viento, así que sólo salimos del apartamento a comer.
Número de días recomendable: 2.
Mi puntuación: 2/5.

Bucarest me ha recordado a la prima comunista de Viena. En un claro intento por no ser menos que sus vecinas y rivales Viena o Budapest en la época del Imperio Austrohúngaro, las reformas de la ciudad se realizaron tomando como modelo París, aunque personalmente me sigue recordando más a la capital de Austria.

Cientos de edificios monumentales e históricos, algunos restaurados y en excelentes condiciones, dan un aspecto imponente al centro histórico. Una pena que haya casi el mismo número desconchados, con sus tejados metálicos oxidados y descoloridos. Luego está la herencia comunista: miles de edificios de aspecto similar, toscos y poco estéticos, la inmensa mayoría de los cuales está sin restaurar. Invariablemente sea del tipo que sea, casi todos están llenos de pintadas hasta donde los vándalos puedan alcanzar, lo que confiere un aspecto sucio a la ciudad. Tampoco ayuda a su imagen el gran número de personas que vive en la calle, aunque alguno dirá que también hay muchas en Vancouver y está considerada una de las ciudades con más calidad de vida del mundo… Pero centrémonos en lo bueno:

El Parlamento, uno de los edificios gubernamentales más grandes que existen, supuestamente sólo superado por el Pentágono. No es muy bonito, pero es tan grande que verdaderamente impresiona. Junto al mismo se está construyendo la nueva catedral ortodoxa.
El centro histórico es donde más edificios monumentales hay, y la mayoría están restaurados.
Tiene dos agradables parques.
Muchos museos para los fanáticos de los mismos.
Y si sobra tiempo, en una excursión de un día se puede ver lo principal de Transilvania.

Realmente uno piensa cómo hubiera sido Bucarest si Rumanía no hubiera abrazado el comunismo y después forzado a permanecer en él hasta los años 90. Lo bueno es que, ahora que el país está mejorando, aún hay muchos preciosos edificios por restaurar, aunque los mazacotes ya no hay quien se los quite, por lo que difícilmente llegará en un futuro próximo a recuperar la belleza que tuvo, ni a alcanzar a la que tienen las ciudades a las que pretendía parecerse, pero es probable que en unos años sea una ciudad merecedora de ir expresamente a visitar.