DONSOL

Actualizado el 18 de febrero de 2019

We were here: 3 días en febrero 2016.
Número de días recomendable: si vas, mínimo un día.
Mi puntuación: siento decir esto pero le pongo un 1/5, no vayas.

Me explico: Donsol pasó en pocos años de ser un pueblo pesquero sin el menor atractivo turístico a uno de los principales destinos en Filipinas por una razón, los tiburones ballena. El hallazgo de que los peces más grandes del mundo se alimentaban durante meses al año en aguas cercanas a su orilla atrajo a un enorme flujo de viajeros deseosos de experimentar qué se siente al nadar junto a tan imponentes animales, y eso es precisamente parte del problema:

Los locales se jactan de manera orgullosa de que respetan el medio ambiente y hábitat natural de los tiburones. No se les atrae con comida, sino que se les localiza alimentándose en libertad.
O no se les localiza, porque al no atraerlos y no disponer los barcos de sónar ni otras tecnologías que permitan su detección, el sistema es el de toda la vida, un oteador en la parte más alta del barco, de modo que puede que encuentre algún tiburón, o puede que no.
Esto se intenta subsanar parcialmente por el hecho de que hay cientos de turistas, lo que conlleva decenas de barcos y decenas de oteadores.
Pero no sólo este sistema no es igual de eficiente que alimentarlos o usar equipos de detección, sino que cuando se divisa uno, se acabó el respetar el hábitat: tonto el último. Los barcos se enzarzan en carreras para llegar a la zona donde está el escualo antes que los otros 10 o 12 que estén navegando. Una vez el tiburón está literalmente rodeado por un muro de barcos, los guías dan la señal para saltar al agua; dicen que no hacen saltar a todo el mundo a la vez para no agobiar al tiburón, pero esto es sólo una excusa, no salta todo el mundo a la vez porque sólo saltan aquellos que están más cerca del tiburón según éste intenta escapar del círculo de barcos.

Nosotros fuimos a Donsol en vez de a Oslob por un motivo, queríamos respetar el hábitat de los peces, pero al llegar allí nos dimos cuenta que:

Se acaba acosando al animal mucho más que si se le alimentase y, una vez que estuviera comiendo tranquilo, se permitiese a grupos de turistas acercarse a él de forma organizada, precisamente lo que se hace en Oslob.
Al final has recorrido medio país para ver a los tiburones ballena y apenas si pudimos ver la cola de uno tras dos días de intentarlo.

De modo que mi consejo es: los tiburones ballena son una de las criaturas más alucinantes del mundo, id a verlos, pero da igual si es en Australia, Okinawa, el Yucatán o Oslob; Donsol no es el mejor sitio. Solo ver medio tiburón de 8 metros pasando justo debajo de ti es una impresión que no se olvida jamás.