LAS VEGAS

Estuve aquí: 2 días en febrero 2011.
Número de días recomendable: 2.
Mi puntuación: 4/5.

Antes de ir a Las Vegas mucha gente solía preguntarme «¿para qué vas a ir? Si ahí solo hay casinos». Cuando volví, esa misma gente continuaba diciendo «¿para qué has ido? si ahí solo hay casinos». Evidentemente, esas personas ni habían estado en Las Vegas en su vida, ni sus preconcebidas creencias les permitirán ir en un futuro, a lo cual yo les contesto «vosotros os lo perdéis». Y es que una ciudad reconvertida casi de la nada expresamente para ocio, no puede ser tan mal sitio.

Porque en Las Vegas hay diversión para todos los gustos y bolsillos. Si bien es cierto que no es una oda al buen gusto clásico y que para disfrutar a tope la ciudad habrá que invertir algo, este es uno de los pocos lugares donde puedes tener una habitación con dos camas king size en un hotel de 5 estrellas por 50$ la noche o comer en el buffet de otro 5 estrellas rodeado de flamencos por 14$. Visitar los casinos en sí mismos, aunque no juegues ni consumas, es gratuito, y ciertamente merece la pena ver estos colosos arquitectónicos; los canales venecianos puede que no lleguen a engañarnos, pero más de una vez nos preguntaremos si la Torre Eiffel auténtica es ésta o la de París. El lujo desorbitante del Caesar’s Palace y el Cosmopolitan o el espectáculo de las fuentes del Bellagio también son atracciones interesantes por las que no tendremos que pagar. Pero si estamos dispuestos a pagar, entonces nuestro entretenimiento no tendría fin: casinos, cientos de restaurantes, tiendas, clubs y espectáculos entre los que se incluyen varios permanentes y únicos del Circo del Sol.

Así que como siempre digo desde que volví, si no te diviertes en Las Vegas es que eres una persona extremadamente aburrida, no hay más.