Actualizado el 9 de abril de 2019
Esta es la primera vez que hago un post citando exclusivamente aspectos negativos de una ciudad. No pensé que sería sobre ésta en particular, que es una de mis favoritas de Europa. Antes de seguir, que nadie que piense que es una ciudad peligrosa, pero sí es una ciudad masificada y donde se intenta timar al turista continuamente, más allá de los precios de hoteles y restaurantes céntricos.
INCONVENIENTES
- El primero sin duda y como he dicho, la masificación. Es verdaderamente agobiante incluso en temporada baja. El casco antiguo del Stare Mesto se compone de calles estrechas con muchas curvas, por lo que el flujo de gente es lento. El recorrido entre la plaza Staromestská y el puente de Carlos hay que hacerlo prácticamente en procesión. Delante del reloj astronómico literalmente no se cabe en las horas en punto.
- Los Tours Gratuitos. En muchas ciudades, principalmente de centroeuropa, están empezando a proliferar las empresas que realizan tours gratuitos por la ciudad a cambio de la voluntad. Los descubrí en 2014 en Polonia e hice dos, y me parecieron una buena opción: el de Cracovia me gustó, así que lo hice entero y di propina; el de Varsovia me aburría y me fui a la mitad. En Praga no lo he hecho porque se han instaurado hace poco y ya la conocía de mi visita en 2012. La cuestión es que los guías que captan turistas para los tours gratuitos han sido en el principal incordio en esta visita. El segundo día nos llegaron a abordar 13 guías (los conté) para que hiciésemos algún tour, y no es que pregunten y te dejen en paz; como hay tantos, quieren asegurarse que no hagas el tour con otra compañía, con lo cual intentan convencerte una y otra vez. No queríamos ser maleducados pero finalmente, en más de una ocasión tuvimos que cortarles como a los teleoperadores cuando quieren venderte algo. Mención aparte están los de los tours en segway, que también son bastante pesados.
PELIGROS
- Cambio de divisas. Los peores ladrones de Praga son las casas de cambio y los cajeros automáticos. Cualquier casa de cambio del centro aplica comisiones entre el 10 y hasta el 25%. Los cajeros automáticos suelen cobrar un % por utilizarlos, además de la posible comisión del banco de origen. En muchos comercios, pagar con tarjeta de crédito también supone un recargo. Recomiendo buscar casas de cambio cercanas a las zonas turísticas pero no donde pase el río de turistas; a un 2% de comisión hay varias casas en las calles Pod Bruskou y U Luzickeho Seminare, cerca de la parada de metro Malostranska, a mitad de camino entre el puente de Carlos y la calle que lleva a la entrada Este del castillo. Pagar en euros o dólares sale fatal al cambio.
- Seguridad ciudadana: Praga es en general una ciudad bastante segura, sus índices de delincuencia son muy bajos, y se aproximan a los de ciudades con muy buena fama en este aspecto, como Ginebra o Luxemburgo.
- El peligro de que acontezca una situación violenta es mínimo, pero hay muchos carteristas en la zonas principales y en la estaciones de metro, tren y autobús, bien es cierto que en esta última visita de 2016 la ciudad me ha parecido más segura que en 2012.
- El parque a la salida de la estación central de tren es el punto con peor fama de la ciudad en cuanto a seguridad ciudadana se refiere; está considerado una de las pocas zonas verdaderamente peligrosas de noche y puede haber problemas si se cruza a según que horas. La Estación de Autobuses de Florenc también es una zona que refleja un pésimo e inmerecido aspecto de la ciudad.
- También, dentro de la seguridad a la que nos hemos referido en los párrafos anteriores, se considera uno de los barrios más peligrosos aunque pueda parecer extraño la Plaza de Wenceslao; de anchas avenidas y presidida por el Museo Nacional, sus calles laterales, en especial Perlová (que curiosamente está junto al Museo Lego), normales de día, se convierten en el barrio rojo de Praga de noche.
- Actualmente se considera que no hay riesgo de actos terroristas.
- Taxistas. Compiten con las casas de cambio por el título de timadores de la ciudad. El hecho de que hoy en día todos tenemos GPS en el móvil les está aguando la fiesta, pero aún así son famosos por sus rodeos y capacidad de meterte en un atasco, por lo cual se desaconseja ir en taxi a menos que sea imprescindible. En caso necesario, siempre hay que llamar a una compañía de taxis, nunca utilizar los de la calle. Si el taxista se niega a decir el precio aproximado de la carrera, el taxímetro no corresponde con una lista de precios que debe estar visible, o se niega a entregar un recibo impreso del coste, puedes negarte a pagar y bajarte del taxi. A tres chicas de mi hostel en 2012 un taxista las metió en un atasco, les cobró 100 € y se perdieron el concierto al que iban. Cuando me lo contaron, les dije que claramente las habían timado y lo peor es que no se lo creían; argumentaban que ciertamente había atasco y que el conductor fue encantador con ellas y en todo momento se mostró agobiado por la situación, hasta que les tendí la página de mi guía de viaje donde claramente ponía: ¿taxistas en Praga? Gracias pero no. No se que fue peor, si que perdieran el dinero o la cara que se les quedó. Puesto que Uber opera a la perfección en República Checa, no hay motivo para tomar un taxi.
Suscribo lo de las casas de cambio, a nosotros nos dieron el palo en una pero de forma descaradísima. La forma más fácil de picar, te dicen a cuanto está el cambio y cuando te sacan el papel pues tú lo firmas y santas pascuas. Cuando te fijas te lo han hecho a casi la mitad y como está firmado.. tralalá que te vi… en fin. Nos fastidió bastante pero luego pensando que como siempre te tiene que pasar algo así que todo viaje ya teníamos el cupo cubierto jajaj
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