- Estuve aquí: noviembre de 2016.
- Número de días: medio.
- Mi puntuación: 2/5.
Toda una agradable sorpresa ir a este pueblecito de 444 habitantes en la frontera de Portugal del que pocos han oído hablar y yo mucho. Fuimos allí por temas familiares, y resultó ser todo un destino turístico provincial en verano. Que nadie espere grandes atracciones, pero si se incluye en una excursión de un día, puede ser un punto interesante.
CÓMO LLEGAR
Vilvestre está en la carretera SA-320 a 100 km al oeste de Salamanca, se tardan aproximadamente 1 h y 20 min en llegar en vehículo propio o de alquiler. No recomendaría ir si se tiene que usar el transporte público, pero para los interesados hay dos autobuses al día de lunes a viernes, a las 13:10 y a las 18:00, cuestan 8,55 € ida o 16,20 € ida y vuelta; los buses de vuelta a Salamanca salen a las 7:30 y a las 15:00 (éste último solo lunes, miércoles y viernes); tarda 2 horas, ya que va parando en todos los pueblos intermedios.
DÓNDE COMER Y ALOJARSE
Aunque se está intentando fomentar el turismo en la zona, el alojamiento es escaso. Se han acondicionado varias casas rurales en los últimos años. Apenas hay un par de restaurantes, pero siempre podremos comer queso.
QUÉ VER
Y es que su fábrica de queso es famosa en toda la provincia; hay quien recorre los 200 km desde la capital para ir a comprarlo.

La iglesia del siglo XVI, de influencia gótica y renacentista.
Hay tres minimuseos, el Taller del Neolítico, con unas pinturas rupestres que se están estudiando, la Casa de Frailes, y otro de exposición de elementos tradicionales.

El microclima. El pueblo está situado a 592 metros sobre el nivel del mar, bastante bajo para la meseta castellana, y la bajada hasta el río es muy pronunciada; el Duero forma aquí un valle en el que se desarrolla un microclima mediterráneo con una temperatura anual de 3 o 4 grados centígrados superior a todo lo que lo rodea. Es realmente curioso encontrar olivos, chumberas o naranjos en mitad de la dehesa, cultivos que solo se desarrollan a cientos de kilómetros de este lugar.

La Barca es el nombre que recibe su embarcadero, inaugurado en 1998, a 4,6 km del pueblo en dirección oeste. La mayor atracción turística con más de 10.000 visitantes al año sólo desde junio a septiembre. Un lugar que irradia tranquilidad y que invita al baño, al picnic y la navegación en verano, cuando está acondicionado, ofertándose rutas fluviales por el Duero.

El mirador del Castillo o de la Ermita, llamado así porque en la cima de este cerro se erigió uno hace tiempo, lugar ocupado hoy en día por una ermita. Ofrece buenas vistas del Duero y su valle fluvial.

Aunque para nosotros, el principal motivo de interés fue otro, fue por un lugareño que a sus 91 años aún tiene ganas de viajar 1500 km en coche para ir a visitar a los amigos de la niñez.

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