BRUSELAS

Actualizado el 19 de enero de 2019

I was here: un día y medio en diciembre de 2008.
Número de días recomendable: uno, y si somos de museos, otro.
Mi puntuación: 3/5.

Para ser una gran capital europea, Bruselas deja un poco que desear. En mi escala personal, sería la cuarta ciudad a visitar de este país sin demasiadas ciudades, pero a menos que se venga por tierra desde los Países Bajos, difícilmente se puede ir a Bélgica sin parar en Bruselas, y lo cierto es que no está de más dedicarle un día.

Argumentos en contra:

Las calles del centro son bonitas e interesantes desde el punto de vista arquitectónico, pero las de Brujas y Gante lo son más.
Tomarse la visita con calma para disfrutar de la saludable gastronomía local (cerveza, chocolate, gofres y patatas fritas) debería ser obligatorio, pero tampoco es que no se pueda hacer en cada calle de Bélgica.
Dos de sus atracciones, la catedral y el arco del triunfo, son calcadas a las de París y Berlín, respectivamente.
La Sirena de Copenhague, una auténtica decepción, es el David de Miguel Ángel comparada con el Manneken Pis.

Argumentos a favor:

La plaza del Ayuntamiento (Grand Place) es ciertamente la mejor del país, aunque la de Amberes le pueda hacer sombra.
Es la mejor ciudad base. La red ferroviaria es excelente, rápida y puntual, y todos los destinos interesantes están a una hora o menos en tren.
El Atomium: es raro, pero está reluciente desde la restauración de 2006, y al menos por una vez en Bruselas, es algo original.
Los museos: como buena capital, la mayor parte de los museos interesantes están aquí, incluyendo las mejores piezas de pintura de las escuelas de Flandes de los siglos XVI al XVIII; hablamos de Rubens y Van Dyck entre otros.

En conclusión, Bruselas no está demasiado bien ni demasiado mal, pero casi seguro acabarás pasando en ella más horas que en ninguna otra ciudad. Aprovecha que, aunque es menos bonita, es más grande y por tanto con más restaurantes, cafeterías, bares, parques y museos que ningún otro sitio del país.